Había una vez un lugar mágico, donde los sueños cobraban vida y los problemas se convertían en emocionantes aventuras. En ese lugar, vivía un niño muy especial llamado Antonio, con su amado amigo, un robot inteligente llamado Ric. Antonio era un niño curioso y valiente, siempre dispuesto a resolver misterios y ayudar a los demás. Un día soleado, mientras Antonio jugaba en el jardín, vio algo brillante en el suelo. Se agachó y descubrió una nota misteriosa que decía: "Ayuda, una valiosa gema ha sido robada de la gran torre del castillo. ¡Por favor, encuentren al ladrón y recupérenla!"
Antonio sabía que no podía hacerlo solo, así que corrió hacia Ric y le contó lo que había encontrado. Ric, con sus ojos brillantes que parecían destellos de luz, asintió y dijo: "Antonio, juntos podremos resolver este caso y demostrar que una gran mente y un pequeño corazón pueden lograr cosas fantásticas". Decididos, Antonio y Ric se pusieron en marcha para resolver el misterio. Primero, fueron al castillo y hablaron con el rey, quien estaba muy preocupado. El rey les dio una lista de posibles sospechosos y una descripción del ladrón: alto y vestido de negro.
Antonio miró la lista y rápidamente identificó algunas palabras comunes como "alto", "vestido", y "negro". "¡Estas son palabras con las que estamos familiarizados, Ric!" exclamó Antonio emocionado. "Podemos buscar en el reino a alguien que coincida con esta descripción". Siguiendo su instinto, los dos amigos comenzaron a explorar el reino, buscando a cualquier persona que se ajustara a la descripción. Antonio señalaba a cada persona alta que encontraban, preguntando si habían visto algo sospechoso.
Después de mucho preguntar, llegaron a la biblioteca del pueblo. Allí encontraron a Pedro, un enigmático hombre alto, vestido de negro, profundamente concentrado en un libro. Antonio se acercó con valentía y le preguntó si había visto algo sospechoso en el castillo. Pedro, sorprendido, admitió que se había llevado la valiosa gema, pero lo había hecho para protegerla de un peligro imprevisto. Explicó que algunos malvados planeaban usarla para hacer algo malo. Antonio y Ric comprendieron que Pedro no era un ladrón, sino un valiente protector.
Ahora, todos juntos, Antonio, Ric y Pedro elaboraron un plan para detener a los verdaderos ladrones. Utilizando las habilidades únicas de Ric, lograron desactivar las trampas que protegían la gema. Juntos, se enfrentaron a los villanos y les impidieron hacer daño con su malvado plan. El rey, agradecido y orgulloso del coraje y la astucia de Antonio y Ric, les dio la valiosa gema como recompensa. Pero lo que Antonio más valoraba era la amistad y la forma en que Ric había enseñado palabras importantes para resolver el misterio.
Desde ese día, Antonio y Ric se convirtieron en los héroes de todo el reino. Cada noche, antes de dormir, Antonio recordaba la importancia de la amistad y la resolución de problemas gracias a su fiel amigo robot, Ric. Y así, con una sonrisa en su rostro, Antonio cerraba los ojos y se sumergía en un profundo sueño, preparado para nuevas aventuras y desafíos en el mundo de los sueños, junto a Ric.
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