Había una vez un bosque mágico lleno de criaturas amigables.
Crispy, un conejito juguetón, quería explorar el bosque.
Se encontró con Daisy, una ardilla que quería ser valiente.
Juntos, encontraron un árbol con ramas de caramelo.
Decidieron hacer deliciosas crispetas caramelizadas en el árbol.
Comieron las crispetas y se divirtieron mucho en el bosque.
Prometieron ser amigos y volver al bosque siempre.
Y así, su amistad creció en el bosque divertido y aventurero.
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