Había un niño con un barco de papel en la orilla del mar.
El niño sopló su barquito y lo lanzó al agua.
De repente, vio un barco grande con velas blancas.
El niño siguió el barco grande con la mirada, soñando con aventuras.
Aunque su barco de papel era pequeño, su imaginación era inmensa.
El sol comenzó a ponerse, tiñendo el cielo de tonos cálidos.
El niño decidió volver a casa con la promesa de volver otro día.
Al llegar a su hogar, guardó con cuidado su barquito de papel.
Esa noche, soñó con ser el capitán del barco grande y viajar por el mundo.
Al día siguiente, se despertó con una sonrisa, listo para un nuevo día de aventuras.
El barco de papel seguía esperando nuevas travesías en el mar.
Y así, el niño y su barco de papel vivieron muchas aventuras juntos.
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