En un experimento social, un millonario conmovió a una mujer de la calle al intercambiar su comida por juguetes.
Ana, con lágrimas, compartió su historia de lucha por la enfermedad de su hermanito y la difícil situación familiar.
El millonario reveló su propósito, regalándole un balero para su hermanito y dinero para ayudar a su familia.
Ana, con gratitud y emoción, aceptó el regalo y el abrazo, recordando que la pobreza no está peleada con la limpieza ni con el amor.
El encuentro dejó a todos conmovidos.
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