Había una vez en el pueblo de LuzAlma un rumor sobre una puerta mágica oculta en el bosque anciano.
Luna, con sus grandes ojos curiosos, siempre soñaba con encontrar esa puerta y descubrir sus secretos.
Una tarde, mientras exploraba, un suave brillo entre los árboles llamó su atención. ¿Sería la puerta?
Siguiendo el brillo, Luna encontró una puerta adornada con símbolos antiguos y una pequeña cerradura en su centro.
Buscó en su bolsillo y, para su sorpresa, encontró una llave que su abuela le había dado hace mucho tiempo.
Con el corazón latiendo fuerte, Luna insertó la llave en la cerradura y giró suavemente. La puerta se abrió con un susurro.
Detrás de la puerta, un sendero luminoso se extendía hacia un reino desconocido lleno de colores vibrantes y criaturas mágicas.
Luna se maravilló con el lugar, pero una voz profunda la advirtió de los peligros y las pruebas que tendría que superar.
La primera prueba fue un acertijo presentado por un dragón que custodiaba un puente de cristal sobre un abismo de estrellas.
Con inteligencia y empatía, Luna resolvió el acertijo, cruzó el puente y siguió su aventura hacia lo desconocido.
Enfrentó desafíos que probaron su valor y bondad, ayudando a los habitantes del reino, ganándose su confianza y respeto.
Finalmente, llegó al corazón del reino donde un espejo mágico reveló que el verdadero secreto era su propia fuerza interior.
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