Había una vez en un pequeño pueblo, dos amigos llamados Juan y Marta. Ellos siempre estaban juntos y compartían momentos divertidos.
Un día, Juan estaba triste porque no tenía un juguete nuevo como sus otros amigos. Marta se dio cuenta y decidió hacerle un regalo especial.
Cuando Juan recibió el regalo, su rostro se iluminó de alegría. Se dio cuenta de que tener un amigo como Marta era el mejor regalo que podía tener.
Juan y Marta siguieron jugando juntos y descubrieron que la verdadera felicidad estaba en la amistad y en compartir momentos especiales.
A lo largo de los años, Juan y Marta pasaron por muchas aventuras juntos. Aprendieron a apoyarse en los momentos difíciles y a celebrar los éxitos del otro.
Incluso cuando Juan se mudó a otra ciudad, su amistad nunca se rompió. Siempre se mantenían en contacto y se apoyaban mutuamente.
Y así, Juan y Marta demostraron que la alegría en la amistad siempre está presente cuando compartes momentos especiales con alguien que te importa.
Y colorín colorado, esta historia de amistad ha terminado.
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