Una vez, en un cielo nocturno brillante, vivía una niña estrella llamada Luna. Ella brillaba junto a sus amigos en la vasta oscuridad del espacio.
Luna soñaba con visitar la Tierra. Las otras estrellas decían que era imposible. Pero Luna tenía esperanza y un corazón lleno de curiosidad.
Una noche, Luna vio una estrella fugaz. ‘Pide un deseo’ susurraron sus amigos. Y Luna pidió la aventura más grande de todas.
Al día siguiente, Luna despertó y se encontró cayendo suavemente hacia la Tierra. ¡Su deseo se había hecho realidad!
Luna aterrizó en un bosque. Allí conoció a una mariposa llamada Azura. '¿Puedes ayudarme a explorar este lugar mágico?' preguntó Luna.
Azura sonrió y juntas exploraron el mundo. Vieron árboles altos, flores coloridas y animales jugando. Era todo un nuevo maravilloso mundo para Luna.
De repente, una sombra cubrió la Tierra. Era una nube oscura que quería apagar la luz y la alegría del bosque.
Sin miedo, Luna brilló con luz propia. '¡No dejaré que oscurezcas nuestro mundo!' exclamó, desafiando a la nube.
Luna y Azura reunieron a todos los amigos del bosque y juntos crearon una luz tan fuerte que la nube oscura no pudo resistir.
Gracias a Luna, el bosque estaba a salvo y más brillante que nunca. 'Has traído magia a nuestras vidas,' dijo Azura.
Luna sabía que pronto tendría que regresar al cielo. 'Siempre llevaré este lugar en mi corazón', prometió Luna.
Esa noche, Luna volvió al cielo. Desde arriba, iluminaba el bosque cada noche, recordando su mágica aventura con una sonrisa.
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