En un pequeño pueblo llamado Vilachá de Salvadur, vivía un niño llamado Antonio con su familia. Antonio estaba emocionado porque pronto haría su primera comunión.
Los abuelos de Antonio, Antonio y Aurea, su hermana Isa y sus padres Fernando y Pili, estaban todos muy orgullosos del gran día que se acercaba.
Fernando y Pili eran dueños de una empresa de autobuses y viajaban por todo Europa. Pero para la comunión de Antonio, estarían en casa celebrando.
Antonio quería hacer algo especial e invitó a toda su clase de 3ºB del colegio Escolapios a su primera comunión.
Le encantaba nadar, por lo que pensó en una fiesta en la piscina después de la ceremonia. También quería mostrar sus cuadros de pintura.
En el recreo, Antonio jugaba al voleibol con sus amigos. Podía escuchar sus risas y aliento, imaginándolos en su celebración.
Con ayuda de su familia, Antonio comenzó a preparar las invitaciones. Cada una tenía un dibujo de la iglesia y la piscina.
Antonio también preparó un pequeño discurso de agradecimiento. Quería dar las gracias a todos por venir a compartir su día especial.
El día de la primera comunión, Antonio se puso su traje nuevo. Se veía muy guapo y su familia tomó muchas fotos.
Durante la ceremonia, Antonio pensaba en lo mucho que significaba este día. Estaba contento de estar rodeado de su familia y amigos.
Después de la iglesia, todos se dirigieron a la gran fiesta. Hubo juegos, natación y Antonio compartió sus pinturas.
Al final del día, Antonio se sentía muy afortunado. Se dio cuenta de que la mejor parte no eran los regalos, sino el estar con sus seres queridos.
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