Había una vez un león llamado Rogelio. A Rogelio le encantaban los libros. Siempre llevaba uno consigo a donde quiera que iba. Leía por la mañana mientras desayunaba, en el carro camino a la escuela, en el recreo, por la tarde y en la noche antes de dormir. Cada vez que leía, vivía una aventura diferente. Viajaba a mundos mágicos, aprendía sobre ciencia y naturaleza, y se sumergía en historias de héroes valientes.
Un día, Rogelio decidió compartir su amor por la lectura con otros niños. Se convirtió en el león bibliotecario de la escuela. Todos los días, después de clases, Rogelio abría la biblioteca y esperaba a que los niños llegaran. Les contaba historias emocionantes y les mostraba libros llenos de aventuras. Los niños se emocionaban al escuchar a Rogelio y se volvieron amantes de la lectura como él.
Un día, Rogelio encontró un libro especial en la biblioteca. Era un libro mágico que podía llevarlo a cualquier lugar que deseara. Rogelio decidió llevar a los niños en una aventura increíble. Juntos, viajaron a un mundo lleno de criaturas mágicas y paisajes asombrosos. Los niños estaban maravillados y no podían creer lo que veían.
Después de la emocionante aventura, Rogelio y los niños regresaron a la escuela. Los niños estaban agradecidos por la increíble experiencia y prometieron leer más libros. Rogelio se sintió feliz y orgulloso de haber compartido su amor por la lectura con ellos. Desde ese día, los niños y Rogelio siguieron leyendo juntos y descubriendo nuevas historias.
Y así, Leo y León Rogelio se convirtieron en los mejores amigos de los libros. Siempre estaban juntos, explorando nuevos mundos y aprendiendo cosas emocionantes. Si tú también quieres ser amigo de Leo León, llévalo a casa y disfruta de la magia de la lectura.