María tenía un poni blanco con manchas marrones. Se llamaba Nube.
Una mañana soleada, María decidió dar un paseo por el bosque con Nube.
Empacaron un pequeño picnic con zanahorias para Nube y un sándwich para María.
Camino al bosque, pasaron por el río donde Nube bebió agua fresca.
Entraron al bosque. Los pájaros cantaban y las mariposas volaban cerca.
María se sintió feliz. El sol se colaba entre los árboles y todo era hermoso.
De repente, Nube se detuvo. Había un conejito en el camino que los miraba.
María habló suavemente al conejito y este saltó al bosque. Nube siguió caminando.
Encontraron un lugar perfecto para su picnic. María le dio una zanahoria a Nube.
Después del picnic, María vio una flor hermosa y decidió llevársela a su mamá.
Regresaron a casa al atardecer. La mamá de María sonrió al ver la flor.
María abrazó a Nube y le agradeció por el hermoso día juntos en la naturaleza.
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